Actualmente estamos atravesando por una situación nunca antes vista en un escenario de pandemia mundial por el coronavirus COVID-19 y una inminente crisis económica a nivel global y de la cual hemos comenzado a sufrir las consecuencias; en primera instancia del sector Turismo en ciudades como Cancún, Playa del Carmen, Puerto Vallarta y los Cabos.
Las medidas para contrarrestar la propagación del virus han incluido las suspensión de actividades no esenciales hasta el 30 de abril en todos los sectores: público, privado y social. Con esta medida evidentemente miles de negocios cerrarán sus puertas y muchos de ellos no volverán a abrir.
Temporada de Huracanes 2020
La temporada de huracanes de este año está cada vez más cerca, en el Atlántico dará inicio el 01 de Junio y en el Pacífico Oriental el 15 de Mayo. Expertos como la empresa privada de servios meteorológicos AccuWeather pronostican una temporada más activa de lo normal para el Atlántico de acuerdo a un informe divulgado a finales de marzo. Se esperan hasta 18 tormentas tropicales de las cuales hasta 4 pueden alcanzar fuerza de huracán mayor. Para el Golfo de México las condiciones también indican un panorama muy activo en huracanes y tornados de acuerdo al sitio del Reino Unido “Independent” se encuentran más de tres grados por encima de la temperatura normal.
Si la pandemia no se logra frenar la epidemia del coronavirus COVID-19 en los próximos meses nos enfrentaremos a una situación muy crítica en caso de un huracán pegue con fuerza en nuestras costas.
Prevención
Siempre la prevención será la mejor medida que podamos tomar, sin embargo sucede que tendemos a minimizar los riesgos y no acatar las indicaciones hasta que ya no tenemos alternativa. A pesar de los esfuerzo por mantener a las personas en sus casas aún no se logra controlar el aislamiento. Esta tendencia a minimizar ocurre también en el tema de los huracanes, se nos brinda información oportuna para tomar medidas preventivas y las ignoramos, no todos, afortunadamente.
Es muy difícil imaginar un huracán mayor azotando las costas de ciudades afectadas económicamente, enfermas, debilitadas, con hospitales llenos sin espacio para atender emergencias por fenómenos naturales como una tormenta, con un gobierno y población sin recursos para hacer frente al desastre natural, con una sociedad quebrada moralmente ante la falta de trabajo y pérdidas humanas. Es muy duro pensar en algo así, pero es más duro saber que pudimos hacer algo para minimizar daños y lo ignoramos.
Atendamos las recomendaciones de los expertos, de los gobiernos y si está en nuestras posibilidades contratemos seguros de vida, de hogar, de negocio, instalemos sistemas de protección anti huracán y conservemos esa solidaridad que siempre nos ha caracterizado. ¡Saldremos adelante!.