Hoy hablaremos de las amenazas en un huracán: marejada ciclónica, vientos y precipitaciones que anteceden su poder destructor de acuerdo a la categoría del ciclón tropical.

Marejada ciclónica

No es una ola, se convierte en una extensión del océano tierra adentro. Se refiere al aumento temporal del agua, producida principalmente por los fuertes vientos de un ciclón tropical, ya sea huracán o tormenta que elevan el nivel. Se ve influenciada también por la reducción de la presión barométrica a nivel del mar entre el ojo de la tormenta y la región externa.

La marejada ciclónica es altamente peligrosa, representa la principal causa de muerte durante un huracán de acuerdo a un estudio realizado por el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos. La marejada avanza muy rápido, tiene la misma velocidad del huracán y es arrolladora, ya que un metro cúbico de agua de mar pesa poco más de una tonelada (1,032 kilos). Escapar de una marejada es una odisea difícil, los coches se quedan varados mientras continúa subiendo el agua, la estructura puede colapsar por el peso de la misma, la corriente puede ser muy fuerte así como los objetos arrastrados.  

Vientos

Los huracanes se clasifican de acuerdo a la velocidad del viento, que va desde los 119 km/h categoría 1 hasta categoría 5 con más de 252 km/ h y rachas que pueden superar los 360 km/h.   

El poder destructivo del viento aumenta con el cuadrado de su velocidad, por ejemplo, si aumenta 3 veces más su velocidad, el poder destructivo se eleva por un factor de nueve.

La destrucción es causada por el impacto directo del viento que puede dañar puertas, ventanas y estructuras en general permitiendo el paso de todo el material que acarrea el aire. Los techos pueden salir volando al igual que objetos aunque sean muy pesados. El mayor número de víctimas es causado por los objetos que salen disparados como proyectiles por la velocidad del viento, de hecho, la fuerza de impacto está directamente relacionada a su masa y el cuadrado de su velocidad. Por eso es sumamente importante asegurar las puertas, ventanas y cualquier otro punto de acceso en el hogar con sistemas de protección antihuracán.   


Árboles caídos por los fuertes vientos del Huracán María en Puerto Rico en el 2017.

Precipitaciones

Las lluvias es otra de las amenazas en un huracán, las cuales suelen ser torrenciales. Las intensas precipitaciones ocasionan que el agua se filtre en las propiedades y dañe la estructura; si la lluvia es constante, la propiedad puede colapsar por la cantidad de agua absorbida. Cuando se inundan las vías de transporte se complica el rescate y pueden dejar a una zona prácticamente incomunicada. Es muy posible que las presas y ríos se desborden arrasando comunidades enteras. Además, la inundación esconde otros peligros como los cocodrilos y otros animales que salen al desbordarse los bancos de agua, material peligroso que puede cortar o causar alguna infección.

Los deslizamientos es otra consecuencia grave de las precipitaciones, pueden llegar a ser tan fuertes que dejan sepultada a una comunidad que se encuentre en terreno bajo.


Inundaciones por el huracán ‘Hanna’ en Coahuila, 2020.

Mitigación contra el riesgo de huracanes

Ahora que se entiende el riesgo que representan las amenazas en un huracán es importante implementar medidas específicas para reducir el riesgo al que se está expuesto. Las pérdidas humanas y económicas pueden ser mucho menores gracias a los esfuerzos preventivos.

Los sistemas de protección contra huracán son una gran solución para salvaguardar la vida y los bienes. Se colocan en puertas, ventanas, balcones, etc. Y protegen de los vientos huracanados, de los materiales que salen volando, del agua e incluso tienen otros grandes beneficios que puedes conocer aquí.

Casa protegida con lonas anticiclónicas.